A veces siento que no pasó tanto tiempo desde que comencé con el sueño de mi propia agencia de publicidad, caminando las calles de mi querida Rosario en busca de nuevos clientes, de nuevos negocios, de oportunidades comerciales.

Sin embargo, aquellas calles transitadas pronto se transformaron en un camino de más de 30 años, el cual hoy me permite no sólo ver materializado un proyecto que me llena el alma todos los días como lo es NZR, sino también decir con orgullo que hice de mi trabajo, una vocación.

Una vocación que fomentó mis ganas de perfeccionarme y aprender de cada experiencia, al mismo tiempo que aumentó mi curiosidad y ambición por adentrarme cada vez más en este increíble mundo compuesto por marcas, estudiándolas, entendiéndolas… viviéndolas.

Marcas de retail, marcas de productos, marcas de servicios; todas tienen sus secretos, todas tienen su magia, todas tienen un objetivo común: SEDUCIR AL CONSUMIDOR.

¿Por qué hoy me lanzo en este proyecto?

Porque las marcas tienen vida. Una vida que el consumidor decide habitar y experimentar, pero que un profesional debe monitorear y cuidar para mantenerla saludable ante un mercado tan competitivo como el de los tiempos que corren.

Porque hoy, muchos años después, puedo decir que las formas de trabajar han cambiado mucho, que las herramientas ya no son las mismas, pero sí el objetivo.

Porque hoy llevo conmigo experiencias y conocimientos que potencian aún más mis ganas de encarar nuevos caminos. Porque amo trabajar con marcas. Y porque, como dije tan sólo unas líneas más arriba, hice de mi trabajo, una vocación para toda la vida.